La construcción con madera de manera sustentable llegó para quedarse. Son muchos los proyectos que la tienen como eje constructivo principal. Edificios cada vez más altos, seguros y confortables; puentes, satélites, vehículos, combustibles, ropa, calzado, energías alternativas, entre otras ejecuciones.
En tal sentido, si se piensa en dejar a las próximas generaciones un planeta lo más sano posible, la escuela es el primer peldaño y en el mundo de hoy, las escuelas de madera son el paradigma a seguir.
Según pruebas realizadas se muestra que los estudiantes en las escuelas construidas con madera se sienten más tranquilos, se concentran mejor y son más creativos que los de otras instituciones.
La madera que rodea a los estudiantes les proporciona un entorno de aprendizaje más sano y feliz. Bajan los niveles de estrés y se reduce el ritmo cardíaco, así como se registra una menor presión sanguínea y mayores niveles de concentración, y aumento de la creatividad.
Respecto a los docentes, se comprobó que las escuelas con buena infraestructura tienen menos ausentismo que en aquellas cuya estructura y entorno es deficiente.
Carbono Neutral:
Tan en boga hoy, el concepto de huella de carbono y la necesidad de acción global para mitigar el cambio climático promueven de por sí la construcción con madera de escuelas que capten carbono. Su uso como sustituto de productos no renovables y de uso intensivo de energía es un aporte importante para promover cadenas de suministro que reduzcan la huella de carbono y ayuden a lograr la neutralidad necesaria para evitar una tragedia climática y, al mismo tiempo, conseguir una bioeconomía circular que colabore con los objetivos de desarrollo sostenible.
«En la misma línea, es vital el aporte que el uso de la madera realiza al sustituir productos no renovables y de uso intensivo de energía. No sólo tiene la capacidad de almacenar el CO2 en sus usos sólidos (construcción, muebles, o pisos), sino que además ofrece alternativas para sustituir productos de origen fósil (combustibles, plásticos, químicos) y no renovables y de alto consumo de energía (cemento, minerales). Y su su disposición final, es renovable y reciclable”, explica Daniel Lassalle, gerente de la Cámara Argentina de la Madera (CADAMDA).
La solución para las escuelas:
Los proyectos de construcción con madera ofrecen otra ventaja muy competitiva en cuanto al diseño flexible para el futuro. Incorporarla también puede mejorar la longevidad y el valor general a largo plazo. En las últimas décadas, la calidad e ingeniería de la construcción con madera experimentó una revolución. Las técnicas de fabricación progresivas y los recubrimientos especializados están haciendo que la madera diseñada sea increíblemente duradera y rentable durante su ciclo de vida.
Los espacios de enseñanza en madera pueden tener un impacto positivo en los estudiantes en comparación con las aulas tradicionales. Propiciando una mejora de la salud y el bienestar en el entorno construido, los edificios de madera pueden dar como resultado un mejor compromiso mental, estado de alerta, concentración, capacidad de respuesta fisiológica y psicológica.
La madera puede ayudar a construir un entorno saludable y a brindar una sensación de bienestar mental. Los estudios nos confirman que el uso de la madera en la construcción, además de reducir el estrés, puede mejorar la atención y el enfoque, aumentar la creatividad, mejorar la calidad del aire al moderar la humedad, lo que fomenta una respiración más fácil y reduce la presión arterial y la frecuencia cardíaca, agrega Lasalle.
No sólo eso: es uno de los materiales de construcción más antiguos y, gracias a las últimas tecnologías desarrolladas, es también uno de los más modernos, porque comienza a mostrar que rodearse de madera en el hogar, el trabajo o la escuela puede ayudar positivamente al cuerpo, el cerebro y al medio ambiente.
Agradecimiento: Cámara Argentina de la Madera (CADAMDA) www.cadamda.org.ar